¿Qué es un ensayo clínico?

Los ensayos clínicos son estudios de investigación médica que tienen la finalidad de evaluar la eficacia y la seguridad de nuevos fármacos

Los beneficios de participar en un ensayo clínico son dos: 

  1. Intentar ayudar a que las personas que prueban estos fármacos se sientan mejor, o a mejorar una enfermedad que no tal vez no dispone de una alternativa de tratamiento satisfactoria
  2. en tanto que los ensayos clínicos son las investigaciones necesarias para poder disponer de nuevos fármacos, los participantes también están colaborando a que otras personas en el futuro puedan recibir los medicamentos que necesitan para su enfermedad. 

Sin ensayos clínicos, no habría suficientes pruebas de que un tratamiento nuevo funciona y es seguro, y todos los fármacos disponibles en la actualidad, ya sea en el hospital o en las farmacias, han sido cuidadosamente probados en ensayos clínicos. Los ensayos clínicos producen pruebas que demuestran la eficacia de estos fármacos e indican si pueden producir efectos secundarios. Esta información es vital para que los médicos puedan determinar qué tratamientos son los más adecuados para sus pacientes, y para las organizaciones oficiales (denominadas autoridades sanitarias de registro) de cada país o región para decidir si autorizar o no un fármaco para su uso.

Generalmente la finalidad de un ensayo clínico es encontrar tratamientos nuevos y mejores, pero también permiten identificar fármacos nuevos que tal vez no sean tan eficaces o seguros como los que ya se utilizan. Por tanto, la información generada por los ensayos clínicos es sumamente útil para los investigadores, y ayuda a los pacientes en el futuro.

Diferentes tipos de ensayos clínicos

Los ensayos clínicos son uno de los procesos médicos más vigilados en los hospitales y en los centros de investigación. Los pacientes que forman parte de los ensayos clínicos están totalmente controlados y las terapias que se utilizan ya han pasado gran cantidad de evaluaciones. 

Antes de comenzar un ensayo clínico con un nuevo fármaco, primero este fármaco se estudia en un laboratorio, sobre diferentes especies animales y sobre cultivos celulares. Los fármacos que resultan más prometedores y son bien tolerados pasan a ser estudiados en más profundidad en personas por medio de ensayos clínicos.

Existen diferentes ensayos clínicos, que se clasifican en fases, según el objetivo del ensayo y el tipo de personas que incluyen: 

Ensayos de Fase I
Tras su estudio en laboratorios, los fármacos nuevos se prueban en número reducido de personas, que pueden ser pacientes que han probado todos los demás tipos de tratamiento para su enfermedad o voluntarios sanos. Esta es la denominada fase 1 del ensayo. Todas las personas que participan en un ensayo en fase 1 reciben el fármaco que se está probando, normalmente en dosis pequeñas, sin compararlo con otro tratamiento alternativo.

El objetivo de un ensayo de Fase I es determinar la cantidad de fármaco que se puede administrar de manera segura, si este produce efectos secundarios, si el tratamiento puede mejorar la enfermedad y cómo el organismo responde al fármaco.

Ensayos de Fase 2
Cuando un fármaco llega a Fase 2, ya cuenta con más información acerca de sus efectos en el organismo y de su tolerancia. En los ensayos de Fase 2 el nuevo fármaco se administra a un mayor número de pacientes, esto es, sujetos que presentan la enfermedad objeto del tratamiento en estudio. El fármaco nuevo se puede o no comparar con un tratamiento que ya se esté administrando a los pacientes, y generalmente se aplica a diferentes dosis.

La finalidad de un ensayo en Fase 2 es conocer si el fármaco nuevo es suficientemente eficaz en sujetos con la enfermedad a tratar, a qué dosis se debe emplear, y cuáles podrían ser los efectos adversos derivados del mismo, así como su modo de tratarlos. Aunque los ensayos clínicos de Fase 2 incluyen un número amplio de pacientes (en torno a 100 es una cifra habitual), en esta fase, el fármaco aún no se ha probado en un número de personas suficientemente amplio ni necesariamente representativo de toda la población o de todos los grados de gravedad de la enfermedad como para saber con certeza qué eficacia se puede esperar de este fármaco en la práctica clínica. 

Ensayos de Fase 3
En la Fase 3 de desarrollo de un fármaco los ensayos clínicos suelen ser mucho más grandes e incluir a miles de pacientes, generalmente de múltiples centros (multicéntricos) distribuidos en muchos países y varios continentes. En esta fase, el fármaco nuevo con frecuencia se compara con el tratamiento de referencia ya disponible para una enfermedad, para conocer si el nuevo fármaco ofrece ventaja o beneficios con respecto a los fármacos ya disponibles. Al tratar a un número mucho más amplio de personas, permite poder conocer más sobre la seguridad del medicamento en estudio, pues permitiría detectar aquellos efectos adversos infrecuentes o raros, que sólo aparecerán en 1 de cada varios miles de personas. Al incluir a grupos amplios de población de diferentes lugares, los pacientes incluidos en los ensayos Fase 3 se parecen mucho más a la población real de personas que padece la enfermedad que se está estudiando tratar, de manera que permite obtener pruebas más sólidas sobre cuáles podrían probablemente ser los efectos terapéuticos reales del nuevo tratamiento. 

Una vez finalizados los ensayos de Fase 3, si un fármaco ha resultado ofrecer un mejoría superior a la otra alternativa comparada (tratamiento de referencia) y ha resultado ser suficientemente seguro y bien tolerado, es probable que las autoridades sanitarias de registro autoricen su uso y comercialización. A partir de este momento el nuevo tratamiento comenzará a estar disponible en las farmacias y los hospitales, y podrá recetarse a los pacientes, llegando a ser el nuevo tratamiento de referencia para quien presenta una determinada enfermedad.

Ensayos de Fase 4
Tienen lugar una vez que el medicamento ya ha sido autorizado para su uso en la práctica clínica habitual, los médicos lo pueden recetar y está disponible en el mercado. En los ensayos de Fase 4 se trata de aportar más información sobre la eficacia y la seguridad del fármaco en un mayor número de pacientes, o cuando lo toman durante periodos prolongados de tiempo (en general los ensayos clínicos de Fase 3 durante unos pocos años; si durasen mucho más los nuevos fármacos no podrían llegar a tiempo a la práctica clínica). En un ensayo en Fase 4 también se podría evaluar el fármaco en pacientes especiales, con algunas características no incluidas en los ensayos de Fase 3, o estudiar el efecto de combinar el fármaco nuevo con otros tratamientos disponibles.

¿Por qué es importante participar en un ensayo clínico?

  1. Los ensayos clínicos evalúan la efectividad de nuevos fármacos o estrategias de tratamiento en pacientes, y son los pasos previos a la aprobación de nuevas terapias y a su aplicación en la práctica clínica diaria.
  2. Representan una oportunidad para muchos pacientes que no pueden mejorar con las alternativas disponibles: Gracias a los ensayos clínicos los pacientes que no disponen de un tratamiento adecuado para su enfermedad pueden acceder voluntariamente a nuevas terapias futuras en desarrollo, que no podría recibir de otro modo hasta que fueran aprobadas por las autoridades una vez finalizado el ensayo 
  3. Participar en un ensayo clínico puede suponer a un paciente un beneficio y una mejora de su enfermedad, si no existe alternativa efectiva actualmente disponible en la práctica clínica. 
  4. Es un acto totalmente desinteresado que permitirá que los futuros pacientes se beneficien de nuevas y mejores terapias
  5. Los pacientes que participan en un ensayo clínico están sometidos a una vigilancia y a un nivel de seguimiento médico superior al del resto de pacientes, por lo que su salud estará mucho más vigilada y su la evolución de su enfermedad se seguirá más de cerca. 
  6. Participar en un ensayo clínico es siempre es una decisión voluntaria que no reduce los derechos de los pacientes, pues éstos siempre pueden recibir la información que necesitan, y pueden abandonar el ensayo cuando lo decidan.

Objetividad y rigor científico en los Ensayos Clínicos

Los ensayos clínicos son investigaciones que se diseñan de una modo muy riguroso y objetivo, con el fin de aportar resultados fiables y correctos. Todos los ensayos clínicos se desarrollan conforme a un protocolo o plan previamente definido, que debe contar con la aprobación de los investigadores que lo llevarán a cabo, las autoridades sanitarias, las autoridades reguladoras y un comité de ética. El protocolo describe con detalle lo que se hará en el estudio, cómo se hará y por qué cada parte del estudio es necesaria. Igualmente define las reglas acerca de qué pacientes pueden participar.

Los comités de ética revisan, supervisan y aprueban todos los ensayos clínicos. Los comités de ética están formados por profesionales sanitarios y no sanitarios (como abogados o juristas) totalmente independientes de los médicos o investigadores que desarrollarán el estudio. Su función es asegurar que realizar el estudio es ético, proteger los derechos y el bienestar de los participantes, y asegurar que los beneficios a obtener por la participación en el ensayo superan los posibles riesgos. 

Algunas características para lograr que los ensayos clínicos sean objetivos y rigurosos incluyen:

Aleatorización
Significa que los participantes de un ensayo se dividirán en dos o más grupos de manera aleatoria (al azar, como cuando se lanza una moneda al aire). En algunos casos, un grupo recibirá el fármaco nuevo y el otro grupo recibirá el tratamiento de referencia, o un placebo si no existe un tratamiento de referencia. En otros casos, podría haber varios grupos a los que se administran dosis distintas del fármaco nuevo junto con un grupo al que se administra el tratamiento de referencia o el placebo. Los grupos aleatorizados se equilibran con base en diversos aspectos, como la edad, el sexo (hombre/mujer) y otras características de los pacientes. Esto significa que los distintos tratamientos se pueden comparar entre grupos de personas similares. Así es como los investigadores pueden apreciar cualquier diferencia entre los efectos de los tratamientos, porque el azar siempre crea grupos homogéneos en cuanto a todas las características demográficas y clínicas de los participantes.

Placebo
Un placebo es un tratamiento que no contiene «principio activo» o fármaco auténtico, es decir, se trata de un tratamiento simulado. Normalmente se administra con una aspecto y características indistinguibles del verdadero tratamiento, de manera que los investigadores podrán comparar los efectos observados en cada grupo y definir si el nuevo fármaco investigado produce un efecto superior al del placebo. Es importante recordar que: Los placebos también funcionan en una cierta proporción de personas (el llamado “efecto placebo”). Por este motivo, los fármacos deben demostrar que hacen más que el efecto placebo, no que simplemente hace más que no tratar en absoluto. Igualmente, aunque los ensayos se diseñan y se desarrollan cuando existen pruebas de que la medicación en estudio pueda ser eficaz, no existen garantías de que el nuevo fármaco investigado sea mejor que el tratamiento de referencia.

Cegamiento o enmascaramiento
Para poder llevar a cabo el ensayo del modo más riguroso posible y libre de la posibilidad de introducir sesgos derivados de conocer a qué brazo de intervención un paciente ha sido asignado de manera aleatoria, es habitual que los ensayos clínicos con medicamentos se lleven a cabo de forma “ciega”. Esto significa que los pacientes no saben si se les administra o no el fármaco que se está investigando. Es también habitual que el equipo que le atenderá durante el ensayo tampoco conozca si le están administrando el nuevo fármaco o el placebo: esto es lo que se conoce como un «ensayo doble ciego», y contribuye a evitar el sesgo y las expectativas por parte de los pacientes y de los investigadores.

Monitorización
La información generada en un ensayo es muy valiosa, y los resultados del mismo (obtenidos a partir de un grupo limitado de pacientes) podrán servir para aprobar o rechazar el uso de un nuevo fármaco en la práctica clínica, y su administración a muchos nuevos pacientes. Por este motivo, es necesario que los datos generados a partir de un ensayo sean los correctos. 

Al igual que el cegamiento tiene por finalidad producir datos objetivos del efecto del nuevo fármaco o de su comparador, que no dependan de la sugestión del paciente o de su médico, o del posible sesgo que conocer estos detalles podría introducir en los datos, toda la información generada a lo largo de un ensayo clínico (incluyendo los resultados de los análisis, las encuestas sobre cómo se siente, la medicación que toma, o las pruebas que le realicen) está sometida a un proceso sistemático de monitorización. Esta labor está realizada por personal de investigación totalmente independiente del equipo que le atiende en el ensayo (con frecuencia perteneciente a una empresa externa), y se encarga de verificar que todos los procedimientos del estudio se han llevado a cabo de manera rigurosa y conforme al protocolo, que no han existido errores en la interpretación o en la transcripción de los datos generados por el ensayo, y que todo el proceso se lleva a cabo siguiendo los más altos estándares de calidad.