¿QUÉ ES LA ALERGIA A LAS PROTEÍNAS DE LECHE DE VACA?
La alergia alimentaria engloba aquellas entidades clínicas que aparecen como consecuencia de una reacción inmunológica tras el contacto con una determinada proteína alimentaria. Entre ellas, en la etapa de lactancia, destaca la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) por su frecuencia e importancia en la alimentación de este grupo poblacional. 

La incidencia global en Europa se sitúa en torno al 0,54% en menores de 2 años. Se estima una prevalencia en torno al 2-3% de la población infantil.

La alergia se debe en general a la ingesta de leche de vaca y derivados, que contiene los alérgenos principales, que son las proteínas de la leche de vaca, como la beta-lactoglobulina, alfa-lactoalbúmina, seroalbúmina, gamma-globulina y caseína. 

Hay dos tipos de alergia a las proteínas de leche de vaca:

  • APLV mediada por IgE: en la que están involucradas las Inmunoglobulinas E (IgE) del organismo. Los efectos adversos aparecen generalmente minutos después de la ingesta. Para su diagnóstico se pueden determinar la existencia de anticuerpos IgE específicos en sangre o mediante pruebas cutáneas. 
  • APLV no mediada por IgE: la clínica suele ser predominantemente digestiva y de aparición tardía tras la exposición. 

Es importante distinguir estos cuadros de la intolerancia a la lactosa, que no tiene ninguna relación con mecanismos alérgicos, y en la que el nutriente no tolerado es la lactosa (el azúcar de la leche). La intolerancia a la lactosa se produce por un déficit enzimático a nivel intestinal. En los niños pequeños la intolerancia a la lactosa puede ser transitoria, pero en los adolescentes y adultos suele ser persistente y continuar a lo largo de la vida. 

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE LA APLV no IgE MEDIADA?
La sintomatología de la APLV no IgE mediada es variada e inespecífica. Aparece en los primeros meses de vida, a veces tras introducir una fórmula artificial, o en niños con lactancia materna exclusiva por la ingesta de proteínas lácteas por parte de la madre.

Las tres entidades más características con sintomatología digestiva de las reacciones adversas a alimentos no mediadas por IgE la forman: 

  • Proctocolitis alérgica, donde encontramos habitualmente a un lactante con buen estado general que en sus deposiciones presenta restos de sangre y moco, pero sin afectación del crecimiento. 
  • Síndrome de enterocolitis inducido por proteínas (FPIES). Puede manifestarse de forma aguda con vómitos repetidos tras la ingesta de proteínas de leche de vaca (PLV) y afectación del estado general, o bien de manera crónica.
  • Enteropatía sensible a PLV. Suele existir diarrea prolongada, vómitos y asociar afectación del estado nutricional.

También se consideran síntomas sugestivos de APLV no IgE mediada: regurgitaciones, deposiciones líquidas, vómitos repetidos, cólico del lactante… Síntomas persistentes de carácter leve que no responden a medidas terapéuticas habituales que mejoran tras la eliminación de las proteínas de la leche de vaca en la dieta. 

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA APLV NO MEDIADA POR IgE?
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, con la prueba de exclusión de PLV de la dieta y desaparición de los síntomas, ya que no existen pruebas de laboratorio que la confirmen. 

Muchas veces, para poder establecer el diagnóstico definitivo es preciso reintroducir la fórmula de leche de vaca en la dieta del niño para comprobar la reaparición de los síntomas.

Es importante establecer un diagnóstico correcto para no instaurar un tratamiento inadecuado y para evitar restricciones innecesarias. 

¿CÓMO SE TRATA?
El tratamiento inicial de esta entidad, en el caso de que el paciente esté tomando lactancia materna, se basa en la eliminación de la proteína de leche de vaca o sus derivados (cabra, oveja, yegua, burra…) de la dieta materna

En el caso de alimentación con fórmula artificial, el tratamiento se basa en la utilización de fórmulas especiales con reducida alergenicidad, basadas en hidrolizados extensos de las proteínas de leche de vaca. Aunque la mayoría de los lactantes con APLV responden de forma adecuada a fórmulas basadas en hidrolizados extensos, hasta un 10% de los pacientes con APLV no responden completamente a la formula hidrolizada. En estos casos de persistencia de los síntomas, es necesario el uso de fórmulas elementales. En este tipo de fórmulas las proteínas se han modificado al máximo y se sustituyen por aminoácidos sintéticos. 

En algunos casos se podría utilizar la fórmula elemental como primera elección, sobre todo si la presentación inicial se acompaña de una afectación importante del estado nutricional.  

EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO
El tratamiento con dieta exenta de PLV debe mantenerse durante un período de tiempo variable: de 3 a 6 meses en las formas leves o hasta los 12 meses en las formas más graves. En casos de respuesta desfavorable a la reintroducción de las PLV, la adquisición de tolerancia debe reevaluarse periódicamente cada 6-12 meses bajo supervisión médica.

En los casos leves la prueba de adquisición de tolerancia podrá realizarse en domicilio con supervisión médica. 

¿SE PUEDE PREVENIR LA APLV NO MEDIADA POR IgE?
No se conoce en el momento actual ninguna medida de prevención eficaz de la alergia alimentaria. Ni las intervenciones dietéticas en la madre durante la gestación o la lactancia, ni el uso de fórmulas hidrolizadas en lactantes de riesgo ni el uso de probióticos o prebióticos han demostrado con suficiente evidencia que puedan prevenir el desarrollo de dicha patología.